sábado, 24 de diciembre de 2011

Venados de noche triste

En un terreno de tres mil metros cuadrados, cultivado con cítricos, coco, mangos y aguacates, ubicado a un costado del cementerio municipal de una ciudad del centro del país, Antonio Cruz, cuidaba un hato de venados cola blanca (Odocoileus virginianus). Los ejemplares lucían saludables y fuertes. Antonio acondiciono dos recintos, uno para adultos y otro para las crías, hasta creo que un veterinario atendía a los ejemplares. En las últimas semanas, durante las noches unos pandilleros habían estado entrando al recinto y obviamente, se llevaron algunos venados y maltrataron a los restantes. Antonio no podía seguir tolerando eso, así que el jueves en la noche espero a los ladrones, armado con una pistola 9 mm y una ametralladora Uzi.


Juan y María Martínez, dos jóvenes de veinte años habían planeado casarse en noche buena, desde los catorce vivían juntos y tenían ya dos hijos. Ambos provenían de familias numerosas y vinculadas con las pandillas, en un municipio caracterizado por la violencia sectaria, la pobreza y el hacinamiento. Así que casarse en navidad era la oportunidad de bendecir sus vidas y bajar las probabilidades de la mala suerte, aunque hay mas que mala suerte en el hecho que 15 a 18 personas son asesinadas diariamente en mi país...

Juan y dos de sus amigos planearon entonces robarse los últimos dos venados que quedaban en el recinto y utilizarlos en el banquete de fiesta, durante la noche buena del 24 de diciembre, en las ultimas semanas habían estado robándose los venados, vendían la carne y todo había salido bien. Los venados cola blanca son la presa de mayor tamaño en El Salvador, apetecidos por su carne, sabemos que son una especie muy común y abundante, hay mas de 10 recintos legalizados o criaderos en donde se crían venados con fines de producción de carne y cuero, aunque la mayoría de personas consumen presas cazadas ilegalmente y hasta hay redes de cazadores bien organizados que se introducen en las áreas protegidas para cazar.

Nadie esperaba que Antonio aguardara por los asaltantes y que esa fuera la ultima noche de Juan. Un intento de robo que termino en asesinato y una ametralladora Uzi con silenciador fue abandonada. Antonio y su familia ahora huyen de la justicia y de las pandillas; María y su familia lloran, mientras hay dos venados huérfanos, esperando que les podamos prodigar de los cuidados que antes tenían, siendo estos dos testigos de lo que paso. 

Este es el tercer caso este año, personas que han cometido crímenes o han participado en delitos, tienen animales silvestres sin permiso y por ende en casos como estos, debemos encargarnos de ellos. Esta vez fue fácil, sólo eran dos ejemplares, en una ciudad cercana, cerca del bosque de Cinquera, la otra vez fueron mas de 20 ejemplares y también esta el caso del joven que en Gotera mató a cinco personas cuando sobrepaso a alta velocidad. Al interior del auto encontraron dos venados muertos, así como rifles y visores nocturnos. En estos casos, los lindos, inofensivos y tiernos venados, se vuelven mensajeros de tristeza y dolor...

No hay comentarios:

Publicar un comentario