El pasado 26 y 27 de marzo, el Grupo de Observadores de Aves de El Salvador, organizamos un viaje de campo para observar aves en Río Sapo, Perquín. En los preparativos del viaje, los compañeros de PRODETUR nos comentaron sobre La Ermita, un área natural protegida del MARN, que no había sido visitada previamente por biólogos/ornitólogos....El recorrido incluyo caminatas, observaciones y búsqueda de especies. Así como la interrelación de esta con el área natural protegida Río Sapo, en la cuenca baja, acá los principales resultados obtenidos.
Chotacabras Menor (Chordeiles acutipennis, Lesser Nighthawk)
Durmiendo en un árbol de Pino
Foto: Néstor Herrera
La Ermita, de 169.87 ha de extensión, se localiza en la zona montañosa de los municipios de Arambala y Joateca, en el norte del departamento de Morazán, en la cuenca alta del río Sapo, que a su vez forma la cuenca del río Torola. El área es un mosaico de vegetación intervenida, bosque pino-roble principalmente con muestras de una marcada sobrexplotación del recurso forestal debido a la incidencia de incendios, la tala selectiva y el daño por especies invasoras plaga (escarabajos y plantas parasitas). El impacto de los incendios, ha hecho que el bosque pierda nutrientes y la capa orgánica, generando una baja riqueza de especies de flora y una dominancia de arbustos y gramíneas, esto se evidenció cuando encontramos Bulbostylis paradoxa, una planta muy abundante en área y que se conoce es indicadora de incendios recurrentes. Paradójicamente sólo se conoce esta planta en esta parte del país.
Bulbostylis paradoxa
Foto: Néstor Herrera
Acampamos en el ecoalbergue del Río Sapo, a 800 msnm y desde acá se hicieron dos incursiones a La Ermita. El recorrido, de 15 km de distancia se hace sobre la carretera de que Arambala conduce a Joateca, tomándose un desvío por la comunidad El Tizate y desde acá el recorrido lleva unos 4 km básicamente en vehículo doble tracción. El sábado en la tarde recorrimos desde el área de ingreso hasta la caja de agua, unos 2 km, con vegetación muy afectada por incendios y tala, particularmente se observó el saqueo de madera, la obtención de leña y incidencia de ganadería. La caja de agua es un nacimiento que abastece el casco urbano de Joateca y la comunidad El Volcancillo y es quizás uno de los pocos sitios conservados ya que se ha resguardado para proteger este líquido. Este recorrido nos permitió observar el atardecer que desde la montaña se mostró afable y encantador.
Vegetación de pino arbustivo, altamente intervenido
Foto: Néstor Herrera
Observadores en pleno afán...por unas albifrons
Foto: Néstor Herrera
El sábado no observamos muchas especies, así que entre las observaciones notables figuraron la pelea de un Gavilán Cola Roja (Buteo jamaicensis, Red-tailed Hawk, 127 cm) y un Lis Lis (Falco sparverius tropicalis, American Kestrel, 29 cm), esto fue como ver a David contra Goliath. El Lis Lis estaba anidando y actuó en defensa de su territorio de anidación. Cerca de las seis de la tarde la luz era muy mala para continuar las observaciones, así que nos dirigimos a lo alto de un acantilado y observamos la puesta del sol, el cual se escondió en las montañas entre el norte de La Unión y la república de Honduras.
Atardecer entre las montañas del norte de La Unión
Foto: Néstor Herrera
Por la noche regresamos al ecoalbergue del Río Sapo, pasando por encontrar Tapacaminos y Pucuyos, escuchando Auroras y Tecolotes entre la vegetación arbórea, las cuales son especies típicas de estos bosques, pero los cantos inusuales en la noche y la madrugada del Cucú Faisán (Dromococcyx phasianellus, Pheasant Cuckoo) y de las Gallinas Monas o Tinamú Canelo (Crypturellus cinnamomeus, Thicket Tinamou) nos indicaban que la reproducción de las aves se había iniciado.
Al día siguiente, muy temprano por la mañana, nos dividimos en cuatro grupos, dos se ubicaron en Río Sapo, mientras que los restantes dos nos dirigimos de nuevo a La Ermita. Al llegar también nos dividimos, nosotros llegamos a la entrada y desde ahí hicimos un recorrido de 4 km a los miradores Plan del Zapote y Piedras Chachas, atravesando tres nacimientos de agua, uno de ellos incluso contenía muchas especies de insectos y plantas acuáticas, incluyendo peces, Chimbolos. Durante el recorrido encontramos muchas aves, residentes y migratorias, entre ellas pájaros carpinteros, los cuales son comunes dado el tipo de ecosistema y la constante presencia de árboles talados, dañados o con plaga de gorgojos del pino, uno de estos, es el conocido Cheje Arlequín (Melanerpes formicivorus, Acorn Woodpecker), que con su plumaje blanco y negro da una imagen de seriedad que la complementa con un bello copete rojo de alta distinción.
Carpintero Arlequín (Melanerpes formicivorus, Acorn Woodpecker)
Foto: Néstor Herrera
Luego volando a tempranas horas, parejas de Cotorra Frente Blanca (Amazona albifrons, White-fronted Parrot), me indicaron la importancia de este sitio para esta especie protegida, incluso observamos una pareja anidando en un árbol de pino. Los loros en general son perseguidos como especies de compañía, está en particular es pequeña y de colores matizados, verdes, rojos, blancos y amarillos, muy bulliciosa, al parecer ocurre en pequeñas bandadas a lo largo de la zona norte, desde el parque nacional Montecristo y en San Diego-La Barra, Metapán donde anida y permanece todo el año, hasta la zona norte de La Unión en el valle de Monteca, pero también se conoce de una población en Barra de Santiago, en el departamento de Ahuachapán, en un bosque de mangle que es donde está la mayor población conocida en El Salvador.
Adulto en vuelo y hembra posada en rama de pino, cerca del nido
Loro Frentiblanco (Amazona albifrons, White-fronted Parrot)
Fotos: Néstor Herrera
Otro grupo de especies ocurrentes en La Ermita son las reinitas o chipes, encontramos siete especies, una de ellas, el Pavito Aliblanco (Myioborus pictus, Painted Redstart) estaba en anidación. Esta ave busca insectos entre las ramas de pinos y robles, controlando las plagas, incluso buscan presas entre las hojas de bromelias y orquídeas.
Una de las orquídeas vistas fue toda una sensación para mi, pequeña menor a 10 cm de tallo, con inflorescencia compuesta de más de 10 flores blanco crema-amarillas, cada una de 5 mm de largo, se trata de la especie de orquídea Prosthechea ochracea, la cual a pesar de ser muy pequeña tenía un aroma agradable y fuerte. Al parecer es una especie común entre 500 a 900 msnm.
Pavito Aliblanco (Myioborus pictus, Painted Redstart)
Foto: Néstor Herrera
Prosthechea ochracea
Foto: Néstor Herrera
P. ochracea, acercamiento, que logramos usando la cámara de Jorge Koki Herrera
Foto: Koki Herrera
Caminamos hacia el mirador Plan del Zapote, desde el cual se observa la montaña que baja por la ladera oriente de La Ermita, contemplábamos el valle cuando una pareja de Rey Zope (Sarcoramphus papa, King Vulture) llamó nuestra atención, al principio eran dos manchas blancas que se dispersaban sobre los árboles, pero poco a poco fueron ascendiendo, hasta volar sobre nosotros, fue todo un espectáculo, ya que esta es una ave de gran tamaño, color blanco, de cola negra y con bordes negros en las alas, con los binoculares observamos cómo nos observaban mientras pasaban sobre nosotros. Si estas en los miradores del parque El Imposible, Ahuachapán, es común ver parejas de esta especie, pero hasta hace 20-30 años se creía que sólo en ese parque existían en El Salvador. Ahora sabemos que el Rey Zope ocurre en toda la zona montañosa norte, junto con la presencia de Pumas o León de Montaña y lo mejor es que acá en La Ermita también anidan. Unos minutos después de haberlos observado, apareció un juvenil, el cual pasó de largo sobre nosotros, este aún no tenía el plumaje blanco, sino negro con moteado blanco y se unió a sus padres sobrevolando el valle. Julio, uno de los guardarecursos nos dijo que en una de las quebradas había una res muerta, seguro era la fuente de alimento de esta familia.
Rey Zope (Sarcoramphus papa, King Vulture)
Los juveniles muestran un plumaje manchado, con estrías blancas en el pecho y las alas, mientras que los adultos tienen un impecable color blanco con las puntas de las alas negras y la cola.
Fotos: Néstor Herrera
Luego los guardarecursos nos llevaron a otro mirador, denominado Piedras Chachas, debido a que dos rocas están juntas y una yace sobre la otra de manera natural, mientras subíamos a lo lejos la imagen me evoco a la estatua Chac Mool en el Castillo de Chichén Itzá, en la península de Yucatán, México. De cerca, subirse sobre la misma fue una enorme fuerza de energía, ya que el viento soplaba muy fuerte y debes hacer equilibrio para pararte sobre la roca, cosa que yo no hice, pero si Koki, Melvin y Jennifer, mis colegas de observación.
En este sector vimos restos de trincheras, marcas de golpes de artillería y bombas que llegaron cerca hace mas de 16 años, cuando una visita como la nuestra no hubiese sido posible, a menos que perteneciéramos a alguno de los bandos en conflicto. Descendimos y vi un camino que de norte a sur atravesaba toda esta zona, le pregunte a Julio y me dijo que esa “calle” baja desde Sabanetas hasta Joateca y algunas veces personas bajan por ese camino. Son más de 50 km ¡¡¡.
Piedras Chacas, observen la semejanza con Chac Mool
Foto: Néstor Herrera
Chac Mool
Templo maya de Chichen-Itza, Yucatan, México
Tomado de: likpro.wordpress.com/2007/03/01/las-nuevas-7-maravillas-del-mundo/chac-mool
Eran casi las doce del medio día y debíamos regresar al punto de encuentro con los demás compañeros, pasamos por robledales, una de las mariposas Adelpha bredowii que encontramos es común en este tipo de ecosistema. Luego encontramos árboles de Chaparro, una especie de suelos ácidos y oportunista, que sustituye a pinos y robles, cuando estos desaparecen por tala, incendios o ganadería. En el cielo, Vencejos de cuello blanco pasaban a gran velocidad, estas aves, cuyas patas son minúsculas, parecen boomerangs en vuelo, según la literatura, alcanzan velocidades de 200 km/hr, es decir que mientras volaban sobre nosotros podían desaparecer, irse al volcán Santa Ana y regresar mientras nosotros aún apenas habíamos caminado cuatro kilómetros. Finalmente, encontramos un nido de Pucuyo o Caballero, que contenía dos huevos, el adulto voló antes que pudiese verlo, ya que se camuflaba con la hojarasca.
Adelpha bredowii (Mexican Sister)
Foto: Néstor Herrera
Chaparro (Curatella americana, Rough-leaf tree)
Foto: Néstor Herrera
Vencejo Cuelliblanco (Streptoprocne zonaris, White-collared Swift)
Foto: Néstor Herrera
Nido de Pucuyo o Caballero (Nyctidromus albicollis, Common Pauraque)
Foto: Néstor Herrera
Recapitulando, encontramos 54 especies de aves en La Ermita y 59 especies en Río Sapo, para un total de 91 especies, muchas de ellas anidando, registros de interes: Carpintero Collarejo (Colaptes auratus, Northern Flicker), Aguililla Negra Menor (Buteogallus anthracinus, Common Black-Hawk), Pucuyo o Caballero (Nyctidromus albicollis, Common Pauraque), Xara (Cyanocorax melanocyaneus, Bushy-crested Jay) y con un gran entusiasmo por regresar, ya que nuestra experiencia nos indica que no menos de 200 especies de aves pueden ocurrir en la zona norte de Morazán y hasta ahora los esfuerzos se han enfocado en Perquín y Río Sapo.
Bosque de Pino-Roble, La Ermita
Foto: Néstor Herrera
Agradecimientos
A Serafin Gómez Luna y los guarda recursos de La Ermita: Rafael Del Cid Argueta, Isabel Ramos, Julio Pereira y Gilber Antonio Argueta. A Jorge Monterrosa por la identificación de las plantas y a Lya Samayoa, por la identificación de Adelpha bredowii. Vicky Galán trabajó fuertemente en la organización del viaje y Benjamín Rivera financió buena parte del viaje. Agradecimientos al Hostal Las Veraneras.
Grupo de Observadores de Aves viaje de campo Río Sapo-La Ermita
Foto: Carlos Funes/Karla Lara
Participantes: Karla Lara, Melvin Bonilla, Carlos Funes, Jorge Herrera, Leticia Andino, Jeniffer Abrego, Rocío Juárez, Benjamín Rivera, Roberto Rivera, Iselda Vega, Bryan Vega, Lisseth Palacios, Oscar Bolaños, Serafín Gómez, guarda recursos La Ermita, Geovanni García y Néstor H.
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