Orlando Jimenez, un joven que ha dedicado su vida a la conservación de aves rapaces, como Cetrero, pero también como biólogo apoyando la restauración de estas especies.
Foto: Néstor Herrera
Las aves rapaces juegan un papel primordial en el control de especies y en el mantenimiento del equilibrio ambiental en los ecosistemas. Estas aves incluyen búhos, lechuzas, gavilanes y halcones, contienen especies diurnas y nocturnas, cuya característica principal es ser depredadores de otros animales. En El Salvador se conoce la presencia de 53 especies, 13 de ellas son nocturnas (búhos, tecolotes, lechuzas), mientras que 40 son diurnas (halcones, gavilanes, milanos). Habitan todos los ecosistemas del país. 17 especies son migratorias o transeúntes, mientras que las restantes 36 son residentes.
De acuerdo a los registros del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, entre 2007 a febrero 2011, un total de 132 individuos de aves rapaces (20 especies distintas), han llegado debido a la realización de acciones de decomiso, entrega o donación y la mayoría por localización. Este último implica aves golpeadas, heridas, baleadas y encontradas como crías o jóvenes. De acuerdo a estos datos, el 50% de las aves falleció o se le practico la eutanasia, es decir, 40 aves fallecieron debido a las malas condiciones en que llegaron y la nula recuperación. El otro 50% lo constituyen aves que fueron liberadas (44) y/o que aún permanecen en cautividad debido a que necesitan recuperarse o no es posible su liberación debido a conducta improntada o daños permanentes.
Orlando Jimenez constituye junto con el Dr. Abel Ciudad Real de la Veterinaria Merliot, el Parque Zoológico Nacional y La Geo, los únicos baluartes para recuperar/restaurar a estos ejemplares cuando llegan. Les expongo lo que se hace para rehabilitar la conducta de vuelo y caza que estas aves necesitan.
Orlando entrenando a un Buteogallus. Esta ave cuando llego se comportaba como una gallina, es un joven, quizás tenga mas de un año de edad, pero en la cautividad donde era mantenido lo trataban como un ave de corral
Foto: Néstor Herrera
Orlando lleva mas de dos años cuidando una de las joyas de la corona, una hembra de Gavilán de Cola Blanca (Buteo albicaudatus, White-tailed Hawk)
Orlando con La Chamacona, como le llamamos a esta hermosa hembra de Buteo albicaudatus
Foto: Néstor Herrera
Orlando entrenando al vuelo a La Chamacona
Foto: Wendy Toledo
El entrenamiento de las aves rapaces incluye la participación de los guardarecursos de las áreas protegidas, en este caso, Complejo El Playón, en donde semanalmente se hacen visitas para volar y entrenar a las aves. Orlando dando instrucciones a los colaboradores
Paola Santillana en su rol de colaboradora para la restauración de las aves, cuidando un joven de Gavilán Piscucha (Elanus leucurus, White-tailed Kite)
Foto: Néstor Herrera
Rigoberto Ramírez, guardarecursos del Complejo El Playón sostiene a La Chamacona. El apoyo de los guardarecursos es muy valioso en esta tarea de restauración de especies
Foto: Néstor Herrera
Hembra de Gavilán de Cola Blanca (Buteo albicaudatus, White-tailed Hawk)
Foto: Néstor Herrera
Joven de Gavilán de Río (Buteogallus anthracinus, Common-Black Hawk)
Foto: Néstor Herrera
Gavilán Piscucha (Elanus leucurus, White-tailed Kite)
Foto: Néstor Herrera
Halcón Peregrino (Falco peregrinus, Peregrine Falcon), este ejemplar lleva un año en crecimiento de su plumaje y aún necesitará unos ocho meses mas para poder liberarlo y que se valga por si mismo
Foto: Néstor Herrera
Un ejemplar de Gavilán Zancudo (Geranospiza caerulescens, Crane Hawk). Esta especie es rara de observar en El Salvador, la mayor parte de registros son de los manglares y bosques aluviales de la zona costera. Los jóvenes tienen el iris de color amarillo, mientras que adultos es de color rojo. Este ejemplar muestra las dos facetas.
Fotos: Néstor Herrera